Muchas veces hemos escuchado o leído las siguientes frases:
No conocemos la furia de Dios.
Dios castiga sin palo y sin látigo.
Dios no se queda con nada de nadie.
Solo por nombrar tres de las muchísimas combinaciones con que la humanidad es capaz de asegurar que nuestra fuente creadora de vida está llena de venganza, de violencia, de resentimiento y que al parecer solo espera un error nuestro para aplicar todo el peso de su infinito poder en pro de generar dolor y sufrimiento en nuestros aprendizajes más exigentes. Personalmente considero que al poder reconocer que somos seres espirituales que en otros planos se ha confirmado más de una vez que nos manifestamos como energía, sin duda alguna que la forma en que existamos y demos sentido o uso de nuestra energía individual obtendremos los resultados o lo que es lo mismo en palabras de a centavo: uno cosecha lo que siembra.
Podría asegurar que la mayoría de las acciones, palabras o pensamientos de la humanidad que son contrarias a las leyes universales o totalmente opuestas al amor que es nuestra verdadera esencia proveniente de nuestro creador; es lo que genera violencia, a veces muerte ya sea física o en vida ( hay mucho que caminar por la vida y no sabe existir, aunque estén respirando se pueden considerar fallecidos en su alma) Así como también acciones o frases que tristemente solo alimentan el ego y buscan dañar o herir al prójimo y parafraseando alguno de los mensajes del Maestro Jesús somos muchos los que olvidamos lo siguiente: Al hombre muchas veces no le hace daño el alimento que entra por su boca, sino lo que sale de ella cuando viene de su corazón.
También cuando la arrogancia se apodera de nosotros, al igual que la violencia, la falta de humildad, la pérdida de sensibilidad y amor por el prójimo, así como también la falta de misericordia o ausencia de la caridad por nuestros semejantes, no son más que estamos actuando sin conexión con Dios en nuestro corazón. A su vez saboteamos tanto nuestro canal de comunicación con nuestra esencia creadora que no recordamos algo vital: el universo, Dios, la fuente creadora de vida o como gusten llamarle, escucha nuestros pensamientos, así como percibe o sientes nuestras vibraciones muchas veces antes que las manifestemos o las expresemos.
Todos queremos o hablamos de un mundo mejor y pareciera como una Utopía tan antigua como la creación del universo, sin darnos cuenta que mientras no cambiemos nosotros desde adentro a nivel espiritual que a su vez nos guiará hacia la estabilidad emocional y así una evolución de pensamiento y acción en pro del bienestar general nada va a cambiar.
Dichosos aquellos que han logrado encontrar vivir, actuar, soñar, compartir, brindar, lograr metas, servir al prójimo desde el corazón entre otras cosas y sentir a Dios en cada respirar; sin duda son los que han comprendido o materializado la existencia real. Un existir sin el amor de Dios en nosotros en todo momento es como: Arar en el mar.
Es hermoso y muchas veces difícil de explicar cuando se logra experimentar vivir en la Paz de Dios la mayor parte del día; sin embargo muchos creen o piensan que no es posible y nuestro creador está a solo una oración de distancia, es menester de cada uno no dejar que esa distancia aumente por más grande que sea el bien material o el reconocimiento social ya que ambos son efímeros como todo lo que es ajeno a nuestra fuente de amor, armonía, evolución y paz como lo es Dios, aceptemos y reconozcamos que solo nuestro padre es sin duda nuestro mejor refugio y guía ante cualquier circunstancia que debamos transitar en la vida.
Opsensei
Julio 04 2025
21:53 hrs.
Muy buena reflexión 🙏🏻
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