Son muchas las horas del día que mi mente navega sobre las aguas de la diáspora venezolana y a su vez sobre todos aquellos que están en esos 916.050 kms2 que me vieron nacer.
Muchos creen que es cómodo, fácil o que poco nos afecta a los que no estamos en ella y la vemos desgarrarse día tras día hacia las tinieblas; pues les diré que nada más ajeno de la realidad. Venezuela no sale, ni saldrá de nuestro corazón.
Hoy te escribo una vez más desde mi esencia y con la finalidad de:
Despertar nuestra conciencia y abrir el alma al verdadero cambio, que nos guiará a la libertad.
Ese cambio debe ser interno de sentido espiritual y con el bienestar común como consigna de vida y no me refiero al bienestar económico que ha limitado nuestra evolución como sociedad por décadas, teniendo el mejor país del mundo.
Puede sonar pedante, pero como Venezuela no hay dos!
Sin embargo la falta de amor por el prójimo, la falta de educación entre otros factores han permitido que vivamos un proceso de autodestrucción que pareciera no tener marcha atrás.
Por eso la libertad se logrará desde un plano espiritual que impactará hacia el exterior de cada uno, dentro y fuera del país. Si, está lucha no es solo por tendencias políticas o por el control de nuestra ubicación geográfica, riquezas materiales, etc. Está es una guerra por la violencia, la hostilidad, la falta de sensibilidad, la falta de valores, la falta de amor por el prójimo y por el bienestar común.
No tiene nada que ver con creencias religiosas. Tiene que ver con la ausencia de amor por los nuestros y por la tierra que nos vio nacer o les ha dado cobijo a quienes decidieron vivir en ella. El cambio espiritual es lo que nos hará libre y nos sacará de la ignorancia, dejen de maldecir, dejen de aceptar la mediocridad, la vulgaridad, lo soez como parte de nuestra idiosincrasia. Vamos a convertirnos en nuestros propios líderes, comenzando por nuestro hogar.
Dejemos de lado las trivialidades, los temas vacíos y enfoquemos nuestras energías a enfrentar las realidades que nos aquejan a diario. Basta de esperar por Mesias que vengan a resolver lo que nosotros debemos hacer como seres espirituales con dones y como co creadores de nuestras realidades.
Cuando tomemos la determinación de ser libres de corazón, de conciencia, así como sembradores de amor incondicional por nuestros semejantes, entonces surgirá el cambio; dejemos de entregar nuestro derecho inalienable que es la vida en manos de terceros. Hoy le preguntaba a Dios, si a esa deidad que todos llevamos dentro, aunque muchos renieguen o discutan por su existencia: Que puedo hacer por mi país, es un dolor muy fuerte que llevo conmigo cada día y eso no me hacer ser mejor que ninguno de ustedes, pero saben que mis panas: Me duele Venezuela, me duele mi gente, mis amigos de infancia, mi familia y todos lo que ven perder a sus familiares, quedando con el vacío de la ausencia y la impotencia de no poder hacer nada por los nuestros.
Quizás a muchos mis palabras les parezcan sin sentido o de poco valor, así como otros puedan tomarlas en cuenta. Hermanos nuestra lucha es Espiritual antes que política. Muchos recibimos cadenas de oraciones por las redes, por mensajes, etc. Se podrá orar mucho, sin embargo mientras no exista un cambio real en nuestros corazones y en nuestras acciones o pensamientos, las oraciones, mantras, peticiones, etc No lograrán su cometido.
Respeto a todas las religiones o creencias, yo pienso y siento que la religión universal es el amor incondicional por nuestros semejantes. Disculpen a quienes pueda molestar o hacer sentir incomodos si uso en mis escritos la palabra Dios o Creador. He tenido muchas experiencias místicas, por eso afirmo con toda tranquilidad y convicción que existe un ser supremo. Para aquellos que no lo creen, no intento convencerlos, una simple recomendación para mis amigos ateos, no vale la pena discutir por “algo que no existe”
Un fuerte abrazo y muchas bendiciones.