Ayer Sábado 6 de Junio, día importante para la historia humana por conmemorarse un año mas de la mayor movilización táctica del siglo 20 que se recuerde hasta la fecha y fue la incursion de Normandía en Francia, acción bélica que fue determinante para la recuperación de Europa por parte de las tropas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. Asistimos en familia a una celebración católica en la catedral de la Saint Mary en Miami, dicho evento fue dirigido por el arzobispo Thomas Wenski.
Fue una misa a casa llena con motivo de la celebración de obtención del Sacramento de la confirmación de un grupo de jóvenes adolescentes, que deciden bien conscientes de vivir bajo las normas de Jesucristo y le abren el corazón para consagrar su vida a El, según su creencia religiosa o espiritual.
Fueron aproximadamente tres horas las que transcurrieron durante toda la celebración, pero quiero hacer énfasis a la gran labor que con sus humildes y espectaculares palabras pronunció el arzobispo Wenski, tanto en idioma inglés como en castellano.
Fueron palabras que llegaron profundamente a todas las personas que disfrutamos de este momento tan especial, sin importar la creencia religiosa o espiritual de los asistentes; lo cual me hace escribir hoy y es el mensaje que quiero compartir con ustedes, que es el siguiente: quizás en muchas oportunidades las acciones de los grandes jerarcas de la iglesia ante nuestros ojos son poco acordes a la realidad que enfrentamos cada día, como por ejemplo sus posiciones poco firmes ante regímenes asesinos o crueldades contra la humanidad y ver como mantienen un silencio que parece cómplice, entre otros y a criterio de cada quien; los casos de pedofilia dentro de sus dominios y quedan impunes, casos de corrupción a todo nivel y que se silencian por intereses ocultos.
Pero el caso de este escrito no es juzgar a ninguno, el motivo es que cuando uno disfruta de unas palabras tan sentidas y profundas como las que este representante de Dios, dejo en cada corazón te demuestra una vez mas que cada uno es responsable de las acciones y del cambio que deseamos todos para vivir en amor, armonía y paz.
Que no es Dios, quien creo la maldad o los malos actos, que somos cada uno de nosotros, los responsables del cambio, que no debe importarnos si nuestros supervisores o directores en la escalafón laboral no lo hacen bien o se corrompen, nosotros debemos despertar nuestro corazón y brindar ese amor a nuestro prójimo, como queremos recibirlos nosotros también cuando interactúamos con cada alma que Dios nos cruza en el camino.
Actuar con amor y desinterés a cada momento, sin esperar recibir nada a cambio, que el servir al prójimo sin mezquindad sea una meta y logró diario en nuestra vida; se que muchas veces hacer el bien no será muy confortable y puede traernos dolor, sacrificio o incomodidad, pero al final del día el inmenso universo al cual pertenecemos todos, nos dará la recompensa de la felicidad del bien realizado y eso es algo que impregna el alma por siempre y te hará ir por más bienestar que brindar; aunque estemos en un mundo tan deshumanizado, no debemos descansar en pro de un cambio interno y desarrollar la capacidad de sembrar amor incondicional a cada momento, acción, palabra o pensamiento.
Vean a su alrededor y despierten su amor por cada ser, nada de lo material que te rodea o posees te lo podrás llevar con tu espíritu cuando abandones este viaje que es la vida.
Gracias le doy a todos los que participaron en esa celebración de ayer, por apoyar y orar por cada uno de los que estaban confirmando su deseo de seguir a Jesucristo como guía y a el arzobispo Thomas Wenski que Dios padre lo guíe hacia su Santificación, como a cada uno de ustedes que se tomaron el tiempo de leerme.
Un fuerte abrazo de todo corazón.
Linda refleccion para comenzar la semana, cada quien debemos poner nuestro granito de arena para hacer un mundo mejor.
ResponderEliminarGracias Sensei
Gracias de todo corazón y por invitarnos a la confirmación que nos lleno con tan hermosas palabras
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