27 de julio de 2019

La ingratitud...

La ingratitud...

Los dones que hemos recibido cada uno de nosotros, deben ser compartidos con el universo en la misma proporción en que nos han sido otorgados.
Que triste es observar cada día y con tanta frecuencia la falta de gratitud en la humanidad y esta falta de agradecimiento es otra de las causas importantes en el desarrollo o en la evolución espiritual que hemos venido a lograr en esta vida.

La falta de gratitud hacia el trabajo de nuestros semejantes, hacia el simple hecho de estar vivo, hacia las acciones o el apoyo que en algún momento hemos recibido, es parte de ese lastre emocional que nos frena o aletarga esa estabilidad o paz espiritual que muchos buscan y no encuentran dentro de una infinidad de tendencias que con diferentes denominaciones o nombres de técnicas de crecimiento los llevan a un mismo lugar o a esa sensación sin fin de no lograr encontrarse consigo mismo.

Cada día podemos recibir información de cursos, programas, estudios o diferentes actividades que nos ofrecen automáticamente evolución o crecimiento interior; sin embargo casi todas tienen un mismo objetivo: Lucrar a quien la promueve y vivir un tiempo de las carencias o de las necesidades espirituales de quien olvido ver y conectarse con su verdadera esencia. 

En diferentes campos de la vida también observamos esa ausencia de agradecimiento a nivel profesional o familiar; escribiré un par de ejemplos para ayudar a refrescar instantes de nuestra vida que quizás pasamos por alto y así como muchos otros creemos que son derechos adquiridos por estar vivos y siendo estos verdaderos regalos que debemos agradecer por siempre. Te has detenido a tener el tiempo de agradecer cuando ganaste tu primer salario como profesional a quien con paciencia, dedicación y entrega se tomó el tiempo de enseñarte a leer o a escribir.
Te has puesto por un momento en los zapatos de quien ha hecho algo por ti por amor o amistad de forma desinteresada con el simple hecho de verte sonreír y brindarte una alegría que quizás sea para quien lo hace un esfuerzo o sacrificio gigantesco.

Muchas de las grandes obras de la humanidad no se hacen con ruido, se hacen desde el silencio de nuestro corazón en unión con nuestra esencia universal.

Sin pensar somos muchos los que como adultos vamos dejando en los más pequeños ese ejemplo de arrogancia, de ego exacerbado, de falta de humildad por no ser agradecidos; soñamos con un mundo mejor y olvidamos fácilmente que nuestras acciones expresan más de nosotros que nuestras palabras.

El agradecer es tan importante en nuestro devenir como respirar, incluso cada respiro debe ser agradecido y se debe agradecer desde el corazón, no simplemente de palabra, debemos agradecer con un sentimiento profundo y con convicción eso sí nos va guiando a ese camino de verdadera evolución en unión con otras emociones o acciones sentidas como la caridad, la humildad, la ternura, el amor incondicional y el respeto a toda forma de vida, etc.

El agradecer, el bendecir, el servir son manifestaciones de energía que como el amor sin duda alguna elevarán tu espíritu y te brindarán una paz maravillosa que en momentos de tribulaciones en unión con nuestra esencia creadora reconfortará nuestras incertidumbres, ansiedades o angustias.

No olviden que al volver a casa, lo que nos llevaremos solo será lo vivido y lo que hicimos por el prójimo, por la madre tierra o por el universo con los dones que nos fueron entregados en este viaje que llamamos vida, todo lo demás se queda aquí. Por eso tenemos el libre albedrío de ser co creadores de nuestra vida, el legado que dejemos es de nuestra absoluta responsabilidad, estas a tiempo de enderezar tu barca a buen navegar o naufragar a tus anchas, tú decides.

Opsensei 
Jul 27 -19
10:50 Hrs 

14 de julio de 2019

Morrocoy es uno con mi Abo

Aquí sentado viendo caer la tarde, se me cruza una imagen de una de las maravillosas playas del Parque Nacional Morrocoy en el estado Falcón al noroeste de mi natal Venezuela. Morrocoy otra de las paradisíacas zonas geográficas con las que  cuenta Venezuela, con sus aguas cristalinas, su arena blanca, sus aguas cálidas caribeñas que te reciben como un regalo del cielo para quien las visita todo el año.

Morrocoy lugar de reposo y disfrute de muchos, refugio de aves exóticas y de especies marinas como pocas en el mundo y también símbolo para muchos de libertad espiritual y reencuentro consigo mismo.

A Morrocoy llegue por primera vez en la década de los 70, gracias a uno de los hombres  más importantes de mi vida, que en unión con mis hijos son mi prioridad de vida; un hombre que sin la existencia de toda la tecnología actual, les puedo asegurar que es lo que hoy llaman un influencer muy positivo para todo un país y es un samurai a carta cabal en todos los momentos de su vida, la vida le puso a prueba muchas veces a decidir entre  sus prioridades o de las masas y siempre optó por el bienestar general de muchos.

Su visión vanguardista, su temperamento, su audacia y todas las características que un verdadero héroe de carne y hueso puede requerir, el  las tiene. Sin duda su pasión por servir a el pueblo que creció junto a él y que lo llevó a ser un líder con humildad y transparencia pasa de cientos de miles o fácilmente fueron millones de los habitantes venezolanos que lograron gracias a el tener una cocina donde alimentar a toda una familia o la cuna para sus hijos y nietos. Sus planes arriesgando todo por un sueño de país y por amor a su gente que cuido celosamente durante más de 40 años.

No simplemente fueron esos millones de hogares que tenían un lugar donde comer o donde dormir, también fueron muchos los que trabajando a su lado lograron obtener una vivienda, luchando cada día sin mezquindad junto a su vocación de servicio. Pueden pasar de miles los que de forma directa o indirecta lograron obtener un título profesional e incluso hasta post grados universitarios que sin su apoyo incondicional les habría sido muy difícil lograrlo.

Por este ser maravilloso y bendecido es que conocí Morrocoy, lugar de refugio e historias, lugar de sueños e ilusiones, aguas de pasión y retos de vida. Cada imagen o cada evento que me conecte con Tucacas y sus alrededores es tan sentido como estar sentado a su lado. Son millones las vidas que Mi Abo logró impactar muchas vidas   en positivo y es un orgullo inmenso para mi tenerlo en la mía. 

Hace muchos años unos amigos de Italia, que llegaron a Venezuela trasladados por su empresa a comienzos de los 70, uno de ellos fue  advertido por una de sus madres que le dijo: Si el sabor, la calidez o el amor del tropico se mete en tu corazón, nunca podrás sacarlo y siempre lo añorarás, así como lo llevarás contigo. Igualmente es Mi Abo siempre presente en mi, en mis hijos, en mis alumnos, en mis amigos, en mi familia y en cada uno de aquellos que sin conocerlo lograron alcanzar sus metas de vida gracias a él. 

Opsensei Julio 14 2019 
21:17 Hrs