14 de julio de 2019

Morrocoy es uno con mi Abo

Aquí sentado viendo caer la tarde, se me cruza una imagen de una de las maravillosas playas del Parque Nacional Morrocoy en el estado Falcón al noroeste de mi natal Venezuela. Morrocoy otra de las paradisíacas zonas geográficas con las que  cuenta Venezuela, con sus aguas cristalinas, su arena blanca, sus aguas cálidas caribeñas que te reciben como un regalo del cielo para quien las visita todo el año.

Morrocoy lugar de reposo y disfrute de muchos, refugio de aves exóticas y de especies marinas como pocas en el mundo y también símbolo para muchos de libertad espiritual y reencuentro consigo mismo.

A Morrocoy llegue por primera vez en la década de los 70, gracias a uno de los hombres  más importantes de mi vida, que en unión con mis hijos son mi prioridad de vida; un hombre que sin la existencia de toda la tecnología actual, les puedo asegurar que es lo que hoy llaman un influencer muy positivo para todo un país y es un samurai a carta cabal en todos los momentos de su vida, la vida le puso a prueba muchas veces a decidir entre  sus prioridades o de las masas y siempre optó por el bienestar general de muchos.

Su visión vanguardista, su temperamento, su audacia y todas las características que un verdadero héroe de carne y hueso puede requerir, el  las tiene. Sin duda su pasión por servir a el pueblo que creció junto a él y que lo llevó a ser un líder con humildad y transparencia pasa de cientos de miles o fácilmente fueron millones de los habitantes venezolanos que lograron gracias a el tener una cocina donde alimentar a toda una familia o la cuna para sus hijos y nietos. Sus planes arriesgando todo por un sueño de país y por amor a su gente que cuido celosamente durante más de 40 años.

No simplemente fueron esos millones de hogares que tenían un lugar donde comer o donde dormir, también fueron muchos los que trabajando a su lado lograron obtener una vivienda, luchando cada día sin mezquindad junto a su vocación de servicio. Pueden pasar de miles los que de forma directa o indirecta lograron obtener un título profesional e incluso hasta post grados universitarios que sin su apoyo incondicional les habría sido muy difícil lograrlo.

Por este ser maravilloso y bendecido es que conocí Morrocoy, lugar de refugio e historias, lugar de sueños e ilusiones, aguas de pasión y retos de vida. Cada imagen o cada evento que me conecte con Tucacas y sus alrededores es tan sentido como estar sentado a su lado. Son millones las vidas que Mi Abo logró impactar muchas vidas   en positivo y es un orgullo inmenso para mi tenerlo en la mía. 

Hace muchos años unos amigos de Italia, que llegaron a Venezuela trasladados por su empresa a comienzos de los 70, uno de ellos fue  advertido por una de sus madres que le dijo: Si el sabor, la calidez o el amor del tropico se mete en tu corazón, nunca podrás sacarlo y siempre lo añorarás, así como lo llevarás contigo. Igualmente es Mi Abo siempre presente en mi, en mis hijos, en mis alumnos, en mis amigos, en mi familia y en cada uno de aquellos que sin conocerlo lograron alcanzar sus metas de vida gracias a él. 

Opsensei Julio 14 2019 
21:17 Hrs

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