En varias oportunidades cuando llegas a algún lugar ya sea por decisión propia de ir a ese sitio o por causas que desconoces y te hacen llegar ahí, sientes una atracción o ganas de permanecer por más rato sin importar el tiempo o los compromisos pendientes, sólo te sientes bien y quieres seguir sintiéndolo.
Esos lugares en donde nuestra alma se encuentra a gusto y que a veces pueda que no sea nuestro hogar, son simplemente sitios donde la energía de quienes allí viven, trabajan, estudian o realizan alguna actividad se encuentra en armonía y Dios nos lleva a ellos para demostrarnos que somos parte de una energía universal y que todos debemos procurar ser parte activa de esa armonía universal que comienza en cada uno de nosotros, esta en nuestra esencia y en gran parte por la forma humana limitada de apreciar el sentido de la vida y poniendo los valores materiales antes que los valores espirituales, no alcanzamos esa plenitud del presente permanente a la cual todos tenemos derecho de disfrutar.
Piensa un momento y trata de recordar esos lugares donde siempre quieres volver o en donde te encuentres a gusto y analiza que es lo que te atrae, verás que casi todas las causas sin espirituales, que no hay valor material que te pueda brindar esa sensación de satisfacción y bienestar que te hace querer estar ahí y el creador nos los da como un aprendizaje más, con la finalidad que busquemos dentro de nosotros los grandes valores que guarda nuestra esencia que es eterna y compartamos de corazón con el prójimo en todo momento.
Opsensei