Mostrando entradas con la etiqueta Dolores. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dolores. Mostrar todas las entradas

22 de enero de 2017

Echando pico y pala ...


Así resumiría mi abuela Rosa, sus interminables tertulias con Ana Dolores Tovar, donde entre el cálido sol que se filtraba en el patio trasero de la quinta Zolesma, el sonido de la lavadora y Dolores apurada antes que le agarraran los nazarenos, pase muchos de mis días de infancia.

Entre esas conversas, donde ambas , intentaban construir esa venezuela que soñaban, la tierra que  vio nacer y crecer a sus hijos; la tierra de Rómulo Gallegos, de Arturo Uslar, de Fernandez Moran, de Jacinto Convit, de Luis Aparicio y de tantos hijos de esa tierra de gracia que han sabido llevar en alto el tricolor de 7 estrellas, sin mezclar sus logros en pro de la humanidad bajo ideales políticos mezquinos de derecha, de centro o de izquierda. Mi Venezuela ha estado guiada por motivaciones políticas aplicadas sin pensar, que tan solo han alcanzado por décadas amilanar el amor por el país, destruir la moral y  las buenas costumbres; hoy es una tierra plagada de la pérdida casi absoluta de amor o respeto por el prójimo, del cuanto hay pa'eso y así un sin fin de acciones que están colapsándo el país.

Cuando aprendía a leer y a escribir de la mano de mi abuela a finales de los 70,  recibí de ella y sus conversaciones el amar un país privilegiado que aún sin recorrerlo ya su historia, sus sabores y sus paisajes eran parte de mi. Siendo mi abuela de descendencia vasca, igualmente nos enseñaba a sentirnos orgullosos de ser venezolanos de honor y buenas costumbres; conocer la geografía y la idiosincrasia era junto con la arepa con leche siempre un buen desayuno, así como compartir sus historias vespertinas con los recortes de la Pan-Roll.ñ.

Por eso me duele tanto venezuela y me siento de manos atadas por no lograr despertar a su maravillosa gente, dentro o fuera de ella, en pro de eliminar la terrible viveza criolla, que seamos capaces de descubrir y maravillarnos de las grandes cosas que podemos realizar juntos como ciudadanos de una tierra mágica, con un clima único, con una geografía imponente como sus hermosas mujeres.

En esas tardes en el patio, aprendí a querer desde las catalinas, las ca chapas, las arepitas dulces o de chicharrón y todas esas maravillas culinarias que a media tarde nos sorprendía el paladar en unión con las historias que contaba la abuela del Benemérito de la Mulera a quien mi abuela con la banda de la escuela iba a interpretar la mandolina o escuchando las historias del gordito de Michelena y su nuevo ideal nacional.

Es mucho lo que aprendía entre picos y palas, siempre ellas dos  arreglando el mundo desde sus corazones, compartiendo sus ideales de un mundo más justo y moral para todos. Siempre las dos en las medidas de sus posibilidades ayudando a los más desvalidos  y esparciendo caridad humana, sin duda eran unos personajes con sus historias que hoy en día merecen mi mayor reconocimiento y respeto.

Gracias abuela Rosa y Dolorita, fue un tesoro invaluable el haber compartido con ustedes esos años de infancia que son determinantes en la formación de todo individuo, podría estar horas escribiendo o contando sus historias ya que las dos eran ese tipo de personas con las cuales puedes conversar por el resto de la vida.

Pembroke Pines, FL 
Enero 22 2017
16:48 Hrs.