En la ciudad de Trois rivière's en la provincia de Quebec en el año 2014, gracias a una invitación del Sensei André Provonost y con la grata compañía en el seminario de la Sensei María Salmerón a quien admiro muchísimo; la vida me reservaba lo que yo llamo: Un regalo del cielo y ese obsequio que cambio definitivamente mi manera de estudiar y de vivir el camino de la mano vacía, fue el poder compartir y entrenar durante un fin de semana con el Maestro Yasunari Ishimi.
He tenido la posibilidad gracias a nuestro creador de compartir el tatami con diferentes maestros y atletas de lo que llamaríamos la crema y nata del karate mundial; sin embargo les puedo asegurar que pocos, pero muy pocos viven, expresan, transmiten, conocen, estudian y enseñan el arte del karate japonés como el Maestro Ishimi.
Afirmación que tuve oportunidad de expresarle personalmente al Maestro en una vista a su dojo en Madrid en el mes de diciembre pasado en compañía de su esposa y mi hijo mayor que me acompañó a la calle Alonso Cano en la capital española.
A raíz de nuestras conversaciones durante ese fin de semana, así como del estudio de 11 katas en profundidad en ese 1er encuentro con el Maestro Ishimi en Canada, mi perspectiva personal sobre el estudio, el análisis y la práctica del karate tuvo un cambio positivo que aceleró un despertar hacia la conexión que existe en nuestra parte espiritual con este camino que es el budo y del cual no hay vuelta atrás. Lograr esa fusión de cuerpo, mente y espíritu de la que tanto hemos escuchado hablar y hasta que no te topas con ella no la logras descifrar, podrás saber mucha teoría al respecto y otra cosa muy diferente es vivirla, algo que sin duda logramos algunos ese fin de semana gracias a la guía del Sensei Ishimi.
Posterior a nuestro primer encuentro en Canadá, el maestro Ishimi me ha brindado a lo largo de estos 10 años el privilegio de entrenar en su dojo, de participar en su Gasshuku anual en la región Murcia frente al mar menor en España, así como también ser parte de sus seminarios en línea y el tesoro inmenso de escuchar detalles sobre sus estudios y disertaciones de karate, de tai chi y chi kun.
Realmente es un privilegio compartir con el y su grupo, el legado que el Maestro ha sabido transmitir a lo largo de los años, transcenderá por muchas generaciones. Les puedo asegurar que si realmente quieren saber y a la vez disfrutar de un conocimiento extenso, sin medias tintas, con humildad y de tener la posibilidad de aprender en una forma enriquecedora a plenitud, sin duda alguna en el maestro Ishimi y su grupo lo podrás encontrar.
El maestro te hace despertar el amor por el arte del karate, te inspira a querer navegar como expreso el Soke Kenwa Mabuni: me voy remando en paz hacia la isla del budo; escuchar los detalles técnicos en sus explicaciones, así como los origenes de las diferentes técnicas o acerca de los estilos, abarcando todas las raíces históricas que dieron origen al arte es un paseo por el camino del budo que te transporta en el tiempo y te hace comprender con mucha más facilidad y sencillez la profundidad del arte. Igualmente les hago el hincapié que en el Maestro Ishimi no está presente esa forma absurda y hasta podría llamar egoísta, presente en algunos instructores de renombre mundial, al creer que son ellos Dioses inalcanzables o dueños la verdad en el arte del karate do, lo que hace enamorarse del karate, descubrir todos los beneficios físicos, emocionales y espirituales que viven dentro del arte y que no todos logran ver por no tener la guía correcta, también nos hace querer conocer mas, ya que nos deja con esa hambre de conocimiento y esa aura mágica que tiene con su forma de enseñar.
Seas practicante de karate o no, te invito a leer sobre el maestro Ishimi, a informarte sobre la gran misión que ha realizado y que realiza difundiendo su cultura japonesa en todos los ámbitos del vivir, el maestro es uno de los que mediante el karate ha tocado almas y ha cambiando vidas en positivo en la geografía mundial.
Gracias Maestro Yasunari Ishimi por su valiosa amistad, por enseñarnos con su ejemplo de vida que quizás una vida sin Karaté, sin budo, sin espiritualidad y sin el buen uso del Ki, no se puede llamar vida.
Opsensei
Abril 18 2024
Pembroke Pines, Florida.