16 de enero de 2014

El dolor emocional


Considero esta una de las herramientas más útiles dentro de nuestro crecimiento espiritual  y sumamente exigente también, es aquí donde aplica muy bien  ese pasaje muy común y usado por diferentes religiones: Dios no te enviara nunca una cruz que no puedas cargar y es muy cierto; sin duda alguna que cuando percibimos el dolor en nuestras fibras más sensibles, es cuando decidimos hacer cambios en nuestra vida, que en la mayoría de los casos son positivos , siempre y cuando logremos comprender que todo tiene un motivo por el cual sucede.
Es a veces un poco complicado caminar por estas etapas de dolor emocional y que en gran cantidad  de nosotros se manifiesta en nuestro cuerpo físico, como enfermedades clínicas sin causa aparente y convertimos el dolor emocional en enfermedades psicosomáticas, las cuales con el poder inimaginable de la mente, puede en asilados casos, anularnos como seres existenciales.
Pueden ser múltiples los orígenes de nuestros dolores emocionales, desde emociones muy simples, hasta situaciones de pérdida de seres queridos, enfermedades con pronósticos poco alentadores, pérdida de empleo, divorcios, bancarrotas y cualquier situación que tengamos que afrontar, sintiendo que no tenemos la capacidad de manejarlos en un momento determinado y es allí donde la mayoría de nosotros sin tener conocimiento sacamos ideas o fuerzas, para enfrentar esta nueva etapa de la vida y es justo ahí, cuando el creador nos brinda su apoyo y aunque por momentos pensemos que nos abandono, es cuando nos tomo entre sus brazos y nos carga como todo padre, para educarnos y protegernos con su infinito amor.
Si, no estoy loco o muy soñador hoy cuando escribo esto, todas nuestras experiencias no siempre van a ser de felicidad o alegría en ente plano terrenal, muchas de ellas están en manos de terceros y nos afectan abundantemente ya que mientras todos no veamos al prójimo como a nosotros mismos, no habrá paz en el mundo, imperara en muchos casos, la envidia, el odio, la violencia, el crimen y todas esas miserias humanas que no son propias de nuestra esencia original y que hasta que no abrimos nuestro corazón a Dios y nos recreemos en el, no podemos evolucionar hacia una mejor existencia humana.
Mas sin embargo, el dolor emocional que pareciera ser tan terrible, es un terremoto en nuestra mente que aflora, nuevas ideas, cambios en nuestra percepción de la vida, en casi todas las oportunidades cuando nos toca la puerta, es cuando reaccionamos a disfrutar el sol, las estrellas, la luna, las plantas y a nuestros semejantes con fe en la vida y agradecimiento a Dios, nos despierta del letargo que comúnmente llaman hoy en día: el nivel de confort o comodidad, donde vivimos la gran cantidad del tiempo y donde damos por sentado que todo está bien y que no hay que hacer mucho mas. Despertemos de este nivel de no existir, salgamos a la vida a servir al prójimo, a brindar amor, a luchar por lo que amamos, a trabajar en lo que nos gusta, no tengamos miedo al fracaso, regalemos a cada amanecer nuestro rendimiento al máximo, dejemos al materialismo de lado y recuperemos al Dios Padre que está en cada uno de nosotros para alcanzar plenitud de vida y cumplir un propósito en este plano útil, positivo y de crecimiento espiritual que es al final lo único que nos vamos a llevar.

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1 comentario:

  1. Excelente sensei , siempre tus palabras son oportunas y reconfortan el Alma..................

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