Cuando toda la humanidad otorgue el valor real al amor incondicional y al arte, estaremos en el camino correcto de la realización espiritual.
Opsensei
Enero 19 2016
El arte y el amor son unas de las formas más importantes y sublimes de la expresión humana, a su vez paradójicamente son menospreciadas por la gran mayoría de la humanidad; que tristemente enfocan sus valores de vida en lo material y en la búsqueda continúa de la aprobación o reconocimiento externo de terceros, con el fin de ser reconocidos socialmente. Cuando descubren que el amor es la base fundamental del crecimiento espiritual y es el motor principal de la vida, muchas veces ya es tarde para un importante grupo de la población mundial recuperar el tiempo perdido.
Con el arte sucede algo muy similar al amor, la mayoría de las expresiones artísticas son descalificadas con una velocidad acelerada o con dureza absoluta. Si observamos con detenimiento la mayoría de los pintores, escritores, bailarines, escultores por solo nombrar algunos, solo le es reconocida su genialidad o pureza de expresión de alma después de su fallecimiento, fenómeno similar que le sucede al amor cuando alguien que decimos amar se nos va y no fuimos capaces de valorarlo cuando estaba cercano o a nuestro lado.
De ahí la estrecha relación entre el amor y el arte, así como son de sublimes, reconfortantes, enriquecedores y llenan nuestra alma de lindas emociones, también pueden ser sub valorados, despreciados, descalificados o relegados; sin embargo ambos son extrañados o buscados con vehemencia cuando nos damos cuenta que estábamos equivocados.
Sin ir muy lejos, todos sabemos y reconocemos que Dios Padre nuestro creador es el mejor artista del universo y nos maravilla con toda la creación que nos brinda cada día, ya sea desde dibujarnos un amanecer espectacular o un atardecer de colores infinitos, así como noches de luna llena, con miles de estrellas que nos guían el camino o de bellezas geográficas que nos roban el aliento e igualmente nos brinda con cada respiración que nos regala en este viaje de aprendizaje o de existir, el más puro Amor incondicional que conozca el universo y es para todos sus hijos por igual, sin distingos de credo, raza o religión.
Cuando por el uso de nuestro libre albedrío, llegamos a situaciones complejas o exigentes, siempre buscamos su ayuda o vamos solicitando su auxilio de forma desesperada, encontrando muestra fiel de su Amor Incondicional en la oración o en su palabra y ahí está nuestro Creador poniendo en práctica el más reciente mandamiento que nos dejó: Amar unos a otros como yo os he amado. Mandamiento que no tiene que ver con una religión en específico, venimos del amor y nacemos por amor, entonces que esperamos para brindar amor a todo y lograremos el cambio o la evolución que deseamos ver en el mundo.
Así como les invito a sembrar Amor incondicional, les recomiendo hacer de todas sus actividades diarias un arte y verán como llenan su vida de alegría desbordante, volverá la pasión de vivir, sentir y servir al prójimo, lo que despertara su evolución y su desarrollo espiritual, despertara el sentimiento hermoso del desapego material o de eliminar en ustedes las mezquindades humanas y disfrutarán cada momento del día, con un renacer pleno en evolución de conciencia, amor y paz espiritual.
Fuerte abrazo de todo corazón
Opsensei
Enero 19 2016