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29 de enero de 2019

Año de resiliencia ?



Han transcurrido solo 29 días de este 2019 y  ha llenado en tan poco tiempo mi corazón de ausencias de seres queridos.

Si, pareciera ser un año de resiliencia para mi ente espiritual, un año donde mi corazón está como diría Rubén Blades en una de sus canciones: Estoy en la tranquilidad del desesperado.

Ya sea por trascender a otro plano que conocemos como el cielo o por tomar espacios en este plano, el 2019 está llenando en pocos días mi corazón de ausencias que me están preparando para algo y quizás no soy yo solo quien lo vive, algunos de ustedes también.

Sin duda se perfila como un año de evolución espiritual profunda, de cambios que suavemente o de forma repentina hay que experimentar para seguir aprendiendo y cumpliendo nuestra misión de vida. Podemos sentir que nos rompemos por dentro y a su vez renacer proporcionalmente a el quiebre emocional vivido.

Simplemente me traslado a el último trimestre del recién despedido 2018 y una vez más la vida me enseña a unir los puntos de atrás hacia adelante. A finales del 2018 llegó a mis manos un libro excelente que se llama: Ahora estas en casa de Antonio Gómez Martin. 

Libro que relata la maravillosa experiencia de fallecer clínicamente por minutos y regresar a la vida, visitar el cielo y volver, observarse en este plano, desde otro plano, toda una verdadera historia que cambia la forma de percibir la vida del autor y refuerza con conocimiento de causa a quienes hemos tenido experiencias similares que llamaré místicas. El libro debió llegar a mi, como preparación para lo que estaría por vivir en tan corto tiempo, parte de un plan del creador y saber que ellos, como todos los que han partido antes están bien.

Sin embargo, no solo de ausencias se ha llenado este 2019. He tenido el privilegio de compartir momentos muy lindos y de recibir regalos espirituales fuera de serie. Pareciera ser un año de mucha profundidad espiritual y de vivir la alegría de servir a todos; sin duda alguna como dicen por ahí: Se siente mejor el alma, cuando da que cuando le toca recibir. Por una u otra causa este mensaje anterior la mayoría solo lo relaciona con lo material en este plano y es una gran equivocación, hay mucho por allí con las arcas llenas y de corazones vacíos en la continua búsqueda de una gota de amor o afecto desinteresado.

No teman amar incondicionalmente, no teman vivir y dejar hablar a sus corazones, no dejen que su verdadera esencia se apague o se deje opacar por factores externos. Todos somos seres de luz y a veces tenemos que vivir quiebres para dejar salir por las grietas el resplandor de nuestra esencia que nos conecta con la energía universal que todos llevamos dentro.

Si das amor y quien lo recibe no lo sabe manejar, no lo juzgues, no te molestes, quizás no estaba preparado para recibirlo, no lo comprende o no era el momento; sin embargo que ninguna de las anteriores sea motivo suficiente para que dejes de sembrar amor incondicional por doquier.

Un fuerte abrazo y muchas bendiciones.

Opsensei 


Pd: El significado de resiliencia, según la definición de la Real Academia Española de la Lengua  (RAE) es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.

22 de julio de 2012

La rosa del adios


Cuando la vida nos da ese último paseo en forma física y automáticamente nos convertimos en excelentes personas, la sociedad tiene la costumbre de llenarnos con rosas de mil colores y  opiniones o comentarios que antes casi nunca logramos escuchar acerca de nosotros, cuál será el motivo que al fallecer nos convertimos en la famosa frase:  Tan bueno o tan buena que era y a su vez salen a relucir todas las maravillosas cualidades que teníamos y que tal vez ni nosotros mismos sabíamos que contábamos con esas bondades, pero que nuestros familiares o amigos si sabían o reconocían y nunca no los dijeron, será que es socialmente  más fácil que nos envíen las rosas a nuestra última morada  y expresen palabras agradables de quien ya no está físicamente.

Despertemos y tomemos la determinación  de expresar a todo pulmón las emociones o sentimientos  de amor y afecto que tengamos por cada uno de nuestros familiares o amigos  sin medir y a plenitud.
Hazle  saber ahora y en todo momento de existencia  lo importante que son para ti y  entreguemos con palabras o acciones todas las rosas del adiós que juntos vamos a disfrutar, ya que al compartirlas en vida siempre en nuestro espíritu  van a estar, no dejemos ninguna flor que alimenta el alma de quien la da o la recibe sin cultivar y entregar.