7 de noviembre de 2013

La sonrisa de Jesús


 Son las 5:16 am, me acabo de despertar y voy a escribir, lo que término de ver en mi sueño. Era como un viaje familiar en una camioneta azul, nos detuvimos a revisar un pinchazo en un neumático en un lugar de reparaciones. Recuerdo que era en una montaña con una vista espectacular y en una zona muy humilde, un edificio pequeño de ladrillos rojos y al entrar observe  una capilla, así como una zona comercial de comida y tiendas. 

Todo estaba impecable, pisos de mármol color rojo obscuro o vino tinto, paredes de ladrillos rojos; todo en armonía, es decir la gente y el lugar era muy agradable, observamos a los comensales en total ambiente de paz y alegría.

Caminando dentro del edificio, había un sitio o lugar de oración, que era abierto con un grupo de bancos de madera que nos permitían contemplar una imagen de Jesús en la cruz. No era una capilla cerrada, el techo alto brindaba una sensación de amplitud y de invitarnos a contemplar a Jesús con los cálidos rayos de sol que se filtraban por el techo de cristal, en esa zona de oración tan acogedora.

 Yo me quede de pie orando y maravillado con esa imagen de Jesús, tan imponente y de un color dorado como pocos he visto. Después de orar y de hacer mis peticiones a Jesús, que normalmente son sólo dos y las comparto en este momento con ustedes:

1) Que por favor me haga un instrumento de su voluntad y me permita servirle.
2) Que me brinde la capacidad de comprender sus decisiones.

 Observe que la figura de un Jesús tenía movimiento, es decir, a medida que uno rezaba, el Cristo se movía suavemente con sus manos, como conversando contigo la oración, como queriendo explicarte el poder inmenso que tenemos todos con la palabra y nuestras acciones, así como cuando hice mis peticiones el me miraba y sonreía; fueron como 3 o 4 veces que pude percibir su sonrisa.

Luego sorprendido por el suceso, recuerdo haber ido a buscar a mi esposa Lily y a mi prima Evelyn, que estaban afuera para compartir  con ellas la experiencia, les llame y les dije con cariño " vengan beatas" para para que vean esto ya que ambas son muy creyentes y practicantes de la religión católica.


Ellas pudieron apreciar una vez conmigo, el fenómeno de la sonrisa de Jesús. Luego pude observar que la imagen, a la vista de los otros que estaban en la capilla , era como una figura normal sin movimiento y encapsulada en cristal, muy linda para la vista de ellos y bien detallada, pero no viviente como yo la veía. 

 Desperté hoy 7 de Noviembre con esta imagen de Cristo en mi mente y humildemente quiero compartirla con ustedes mis lectores. Desconozco los motivos de este sueño, eso lo dejare a cada uno para su reflexión.


Personalmente, considero que el mensaje para mi es que Jesus esta en todos nosotros, que sólo debemos abrirle nuestro corazón y dejarlo entrar. Que Jesus es esa luz y ese amor cálido que todos buscamos y que esta aquí dentro de nosotros. Que por muy compleja que sea la situación, el siempre esta a nuestro lado y nosotros nos cerramos en permitirle actuar, olvidando que solo Dios sabe que es lo mejor para nosotros o lo indicado que debe suceder.


Se que no es sencillo, vivir entregado a la voluntad de Dios, con todas las situaciones terrenales de cada día, pero sus designios es lo que va a pasar en nuestras vidas. Su voluntad es la que va a reinar para nuestro crecimiento espiritual que es lo único que realmente tenemos.


 Que Dios Padre les bendiga con abundancia y no olvidemos de ver esa parte de Jesús en cada ser humano, comenzando por nosotros y actuemos como Jesus, para alcanzar una mejor forma de vida.

3 de noviembre de 2013

La Furia de Dios

Muchas veces hemos escuchado a alguien referirse a la furia o a la ira de Dios.

Hasta el momento, considero que ninguno de los habitantes del planeta, puede ser capaz de definir este término tan usado por la humanidad, ya sea por nosotros los civiles, por los gobernantes o por los religiosos .

Como un Dios Padre tan bondadoso, todo amor y misericordioso, comprensivo, que nos perdona todo, sea capaz de desatar su ira o furia contra sus hijos. Pareciera no tener sentido, que el amor y la furia puedan ir juntas en nuestro Dios hacia todos nosotros que somos sus hijos.

Creo que la interpretación que hacemos de la furia o irá de nuestro creador, es un error humano nuevamente,  a causa de nuestras limitaciones mentales, para mi es más dolor de Amor que ira. 

Nuestro creador nos ama tanto, que nos demuestra  en esa misma proporción, que ese amor  incondicional que nos tiene, sufre y se refleja en sucesos o resultados proporcionales a su inmenso amor por todos nosotros; que sumado  a nuestra falta de humildad, caridad, bondad, misericordia o la mezquina y absurda desición de no sentir a nuestro Dios Padre en el corazón con cada latido o respiración, nos da un panorama del existir muy ajeno a el que Dios tiene pensado para todos sus hijos, que somos nosotros.

Muchos consideran o definen que  su furia o irá lo es un castigo y tal vez sea todo lo contrario, personalmente considero que es una muestra palpable del inmenso dolor que generamos en el, cuando actuamos a nuestro razonar y alejandonos de Dios a conveniencia propia e irreverente.

Cuando permitimos, aunque sea una vez, la ausencia de Dios en nosotros, se crea una barrera entre nuestra alma  y el; lo cual no permite a Dios actuar en cada uno, como padre o guía y llegamos a situaciones que ningún padre quiere para sus hijos, siendo nosotros sus hijos los que actuamos con rebeldía y faltos de amor, que se traduce en resultados poco agradables a corto o largo plazo y después exclamos, frases como estas: Dios esto no puede estar pasando, padre me has abandonado, etc.

Cada vez que como padres, explicamos a nuestros hijos, el motivo por el cual ese algo que quieren hacer no es lo indicado ya que tal vez quieren poner las pasiones, antes que los principios o valores morales y que  nosotros por experiencia le guiamos o le sugerimos no hacerlo, para que no tengan que enfrentar situaciones o tener problemas a futuro que no sepan solucionar o que  marquen sus vidas para siempre y motivados por el gran amor que le tenemos no queremos que sufran, crea en nuestros hijos muchas veces separaciones entre familia y debemos dejar que transiten ese duró camino de aprendizaje.

Pues yo considero humildemente, que muchas de las situaciones que nos presenta la vida, son mensajes de Dios creador hacia nosotros en la misma forma.

Abramos nuestro corazón a Dios y al prójimo, pongamos en práctica los dos primeros mandamientos al cien por ciento en todo momento como mínimo, sin importar nuestras creencias religiosas y veremos cambios profundos en nuestro planeta y en nuestra vida.