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7 de septiembre de 2013

¿Con quién compartes tu vida?

Hace ya más de 3 años que se metió en nuestras vidas de forma sigilosa, pero ha sabido absorber la mayor cantidad de nuestras energías. Sin quererlo o no la hemos dejado ocupar tanto de nosotros, que ha diezmado nuestra capacidad de vivir el día a día, de aprovechar todos los gratos momentos que tenemos de estar vivos y en compañía de la gente que queremos. Ya casi no disfrutamos ver el amanecer o el sonido de la lluvia, cosas que nos llenan el alma de alegría como la sonrisa de un niño,  la picardía de compartir un chocolate a escondidas o lo placentero de revivir un recuerdo.

 No me refiero a otro asunto que no sea la sentida y muy educativa: Recesión Económica. No hay lugar donde no se hable de ella, en el mercado, en el banco, en la plaza, en el consultorio, en casi todos los ámbitos de la vida. Está muy presente en la mayoría de las conversaciones o comentarios, lo cual nos demuestra que hemos establecido una sociedad basada en el papel moneda y no en el papel humano. Todos sabemos cuando llegamos a este mundo, mas no sabemos cuándo nos vamos y mientras tanto nos la pasamos, sobre todo los que pertenecemos al grupo más cercano en teoria de irnos, mas pronto de este mundo, enfocados en ver como salimos de la recesión.

Solo pensemos por un momento que nos llegara una carta o una notificación, que nos dijera algo así como “Dios te recibirá en 30 minutos o en 24 horas”. ¿Te has detenido a pensar que no sabemos cuándo nos vas a llegar nuestro momento de pasar a otro plano? Mientras tanto, estamos invirtiendo nuestro tiempo en función de solucionar problemas creados por una humanidad egoísta, mezquina y sin caridad. Para tu hijo, tú hermano, tus familiares o amigos tal vez tu abrazo gratuito o tu palabra de aliento tiene más valor que un bono a 30 años o acciones de una empresa de petróleo.

Imagina que te quedan 24 horas de vida. ¿A quién llamarías para decirle te quiero o te amo? ¿A quién invitarías a compartir tu último trago de café, té o un cigarrillo? ¿A quién quisieras pedir disculpas, invitar a hacer el amor, dejarle tus bienes materiales o tu mascota? ¿A quién le escribirías un carta, a quien le dejarías ese libro o esa foto que has conservado con tanto aprecio y valor emocional para ti? Son infinitas las preguntas sobre con quién quisieras estar, compartir o dejarle algo de ti. Mas no pensamos a menudo que lo más valioso que podemos dar al prójimo es nuestro tiempo. No hay nada más perdurable después que nos vamos del cuerpo físico que lo compartido.

¿Es que acaso alguno de ustedes ha presenciado un entierro que conste de un féretro y una caja fuerte que contenga dinero, bonos, acciones o joyas? Yo personalmente no conozco ningún caso. Lo que sí escuchamos en los funerales es lo bueno que era el difunto, lo que compartimos juntos, lo fiestero, lo simpático, lo cortés que era, etc,etc.

Con esto no quiero decir que no se necesite una economía estable en el hogar y un trabajo que nos de ingresos suficientes, ni que no debamos proponernos prosperar o preocuparnos por la situación económica del país. Pero despertemos y veamos a nuestro alrededor. Todos esos bellos y únicos momentos que dejamos pasar, que no se repetirán y que Dios nos brinda la oportunidad de compartir, eso es la vida.

Nos dejamos absorber nuestro espacio y tiempo de existencia por patrones alejados del plan para el que fuimos creados y después ya es muy tarde. Es como el que trabaja toda la vida, sacrificando su salud por un fin económico y luego su fortuna no le devuelve ni le compra la salud. Cuando tienes un simple resfriado exclamas que la salud es lo más importante porque sin salud no hay nada, pero en cuanto te sientes sano o mejor ya vuelves a lo de antes y deja de lado el real sentido de existir y de sembrar el amor de forma incondicional en todos los caminos de la vida que debemos recorrer.

Te invito a mirar a tu prójimo en la forma en que tú quieres ser visto o apreciado. Disfruta el amanecer, los árboles, la lluvia, el sol. Aprecia todo lo que la madre naturaleza nos brinda y cuídalo, para que los que nos relevarán en esta tierra puedan disfrutarlo también. De igual modo, no olvides dar un abrazo sentido, un beso apasionado, un fuerte apretón de manos, una muestra de afecto real, que quedará por siempre.

31 de enero de 2013

Mercados a futuro


Hace unos días tuve la oportunidad de compartir con un grupo de egresados de universidades prestigiosas aquí en los Estados Unidos y la mayoría habían obtenido una maestría en negocios o carreras afines, sus edades no pasaban más allá de los 35 años, lo cual es muy meritorio.

Como todo grupo social que este metido en las finanzas, no tardo mucho tiempo en aparecer el tema de la economía , entre las charlas amenas típicas de una reunión y  llegaron el punto de los mercados a futuro, algo que por más que me traten de convencer y a muchos de los que estábamos ahí, no lograron cambiar de parecer. Personalmente considero que el tan mencionado vocablo no es más que una forma especulativa de cualquier sistema económico, para llenar las arcas de quienes promueven esta teoría a expensas de los ciudadanos en cualquier nación  del mundo que interactue con su producto.

Si somos reales, lo que existe en un presente permanente en nuestras vidas, así como en el universo  y es el que debemos vivir a plenitud existencial, sin las miserias humanas y con un corazón abierto al prójimo y a nuestro creador.

Esos supuestos mercados a futuro, no son mas que otra muestra de las cuestionables teorías de los socialmente denominados Expertos; individuos a los cuales respeto y no critico su forma de existir, mas no comparto muchas de las supuestas proyecciones que ellos expresan en función de modelos creados por humanos, que como tu y  como yo cometemos errores a diario, teorías desarrolladas simplemente en comportamientos anteriores de un suceso determinando o en especulaciones de unas variables que solo van en una  dirección y no es mas que la de quien ordena la emisión de los reportes o los solicita, buscando un lucro, dentro de una economía ficticia.

No has pensado, que si son tantos los expertos económicos a nivel mundial y mas o menos todos coinciden en que parte del problema económico  no es mas que una desordenada distribución de la riqueza material, así como la corrupción a muchos niveles y otros factores mas; entonces que esperan para ordenar los ingresos de las naciones, educar a todos, para evitar la corrupción y así generar un desarrollo de conciencia ciudadana en beneficio de toda la población del planeta.

A comienzos de esta crisis económica mundial, que venimos arrastrando desde hace ya un buen tiempo y con muy pocos signos de recuperación real en muchos países  uno de los fenómenos que pudimos observar en los comienzos de la crisis, fue la suspensión temporal o definitiva en muchos casos de créditos a todo nivel, lo cual hizo bajar a precios impensables en su momento a productos como el petroleo, lo que nos dio un respiro a todos en planeta, por lo menos podíamos llenar los tanques de nuestros vehículos y eso solo se debió a la sencilla razón que al no haber dinero inexistente para alimentar esos mercados a futuro, el petroleo bajo a su valor real y así como sucedió con el petroleo, pasa con muchos de los productos, por lo cual seguiré siendo uno de los incrédulos en mercados fantasmas a futuro, aunque  esto me afecte directamente en mi economía familiar.

El único mercado a futuro por el  que siempre voy a aportar de la mano de Dios, es el de mi familia, mis amigos, mis alumnos y por toda la humanidad que actualmente lucha por un bienestar general y brinda amor, ayuda, caridad, misericordia y todas las bondades que Dios nos da para compartir con el prójimo , a esa humanidad que este decidida a actuar con el corazón en función de un mundo mejor