Me motivo a escribir esto, ya que unos amigos de origen
español y muy queridos como hermanos, se tomaron el tiempo de acordarse de mí
en una publicación de Facebook que uno de ellos escribió, donde uno de ellos se
preguntaba qué donde estaría yo, después de la Victoria alcanzada por su
equipo, lo cual que agradezco por acordarse de mí.
El caso es que desde mi punto de vista, cualquier
fanatismo por un grupo deportivo, una asociación política, una cultura
religiosa u otro tipo de agrupación o creencia, es dañina. Si ya sé que en
muchas partes o en muchas opiniones, me consideran un extraterrestre por no ser
parte de esa población que omite las situaciones reales de vida y se refugian
en eventos de masas como este, con la excusa de salir de la rutina y tener tema
de conversación de moda o actual.
No los juzgo por su determinación de ser parte activa de
las matrices de opinión del momento, pero les invito a ser tolerantes a quienes
no somos parte de esa matriz. No quiero sonar anarquista, conspirador o anti
sistema, pero creo que existe un considerable porcentaje de manipulación de la
población mundial por parte de intereses ocultos en desarrollar esa cultura de
ser fanático de algo, que no les brinda nada de evolución espiritual a ninguno
de los que dicen pertene o expresan con viva voz: Ganamos, somos campeones y
cosas por el estilo, cuando ni los jugadores, ni los directivos y mucho menos
los políticos de oficio, tienen idea o noción de la existencia o el nombre de
quien le apoya, sigue, lucha, llora y celebra con vehemencia.
Creo fielmente como parte de la humanidad, que existen
muchas causas, personas, comunidades e inclusive familiares que requieren más
de nuestra atención y amor incondicional, que estos grupos deportivos,
asociaciones políticas o de otra índole que nos separe de nuestra esencia en
nuestra misión o real deber de vida, que es servir y amar al prójimo como
nuestro creador nos ha encomendado.
El tema puede tener miles de vertientes y podría pasar
horas escribiendo al respecto, solo les invito a pensar un poco, si la victoria
lograda por la agrupación de la cual se jacta, le sirve o le beneficia
directamente en tener una mejor calidad de vida, si le ayuda a encontrar un
mejor modo de vivir o a ser una mejor persona.
Un fuerte abrazo y el que se sienta campeón que celebre
su undécima a plenitud.